Tras el parón de Navidad de la temporada
de 1995/1996 llegó para todos los habitantes de Las Torres de Cotillas el
enfrentamiento más esperado de toda la campaña en el grupo XIII de Tercera
División, se presentaba el conjunto del Real Murcia en el nuestro municipio
para disputar el último encuentro de liga de la primera vuelta.
En la misma semana de la gran fiesta del
fútbol, en Las Torres hubo un almuerzo de hermanamiento entre los dos
conjuntos. Por parte del conjunto grana, su presidente, Faustino Cano y su
entrenador, Pedro Valentín Mora. Los dos eran debutantes con el equipo de la
capital. El primero accedía a la presidencia pocos días antes, para él sería un
día muy feliz, su debut como presidente del club de sus amores, el Real Murcia,
en el campo del equipo de su tierra, el A.D. Cotillas. El segundo hacía lo
propio que su presidente, en sustitución del cesado, Fernando Rovira. Por parte
del club torreño, su vicepresidente, José Martínez Fernández, su entrenador,
Paco Porrinas y un invitado de excepción para mediar entre las dos partes, el
Alcalde de Las Torres de Cotillas, Manuel Fernández Sandoval.
La comida resultó muy agradable, buenas
palabras, excelentes manjares y honestos deseos, con un único objetivo: el
fútbol debía ser el gran triunfador de la tarde. Para la máxima autoridad
torreña, su mayor preocupación era la gran masificación de público que se iba a
dar cita en el campo municipal. El Ayuntamiento había preparado sillas
desmontables alrededor de todo el terreno de juego con el fin de habilitar más
localidades y a su vez una mejor comodidad.
En lo económico, el conjunto del Cotillas,
también lo iban a notar sus arcas, esperaba hacer su agosto en pleno mes de
enero. Evidentemente la llegada del Real Murcia era un regalo de Reyes. Había
una gran expectación y todos los ciudadanos de Las Torres estaban muy contentos
que un equipo de la categoría del Real Murcia viniera a visitarnos.
Entrando ya en lo deportivo, no sólo sería
un encuentro atractivo por lo citado anteriormente, sino también por los
puestos que ocupaban en la tabla clasificatoria. El visitante, en el primer
puesto, líder indiscutible, era lógico que se encontrara ahí, sobre todo por su
alto presupuesto, más de 100 millones de pesetas (600.000 euros de hoy en día);
el equipo local, cuarto en la tabla, siendo uno de los equipos que menos tantos
había encajado de todas las ligas. Se enfrentaban, el menos goleado y el máximo
artillero del grupo XIII de la Tercera División.
Y el día 7 de enero de 1996 llegó por fin.
El partido dio comienzo a las cinco de la tarde y los precios que rigieron en
taquilla fueron los siguientes: entrada general, 1.500 pesetas (9 euros) y
entrada para socios, señoras y pensionistas, 800 pesetas (4,80 euros).
Dentro de todos los actos que se
prepararon destacó, el estreno del himno del equipo local con letra del poeta
de la tierra José Martínez Giménez, “Lali” y con música del compositor
alguaceño José Almagro García. El himno fue interpretado por la banda de música
“Los Parrandos” dirigida por el maestro Torres.
Fuente: Faustino
Rosauro Fernández
Fotos: Torresport / archivo
Ignacio Soria Fuentes fue el que realizó
el mejor tiempo del cuarteto de atletas desplazados. Su tiempo fue de 1:24:09,
a un ritmo de 3:59 cada mil metros, finalizando la prueba en el puesto 174 de
la clasificación general y 60 de su categoría sénior masculino. El resto de
corredores que participaron fueron por orden de llegada: Tomás Guerrero
Sarabia, Antonio David Ruiz Macanás y Rebeca Fenoll Benabent, que acabó en el
puesto 40 de su categoría sénior femenina.
