La historia continuó cuando la expedición
del Cotillas partió la tarde del 25 de junio de 1976 a las 15,30 horas rumbo a
tierras norteñas con toda la plantilla de jugadores. Los torreños pernoctaron
en Madrid para proseguir al día siguiente dirección a Zarauz desde donde cubrió
el último tramo del más largo desplazamiento efectuado por los de Las Torres en
su historia. La expedición rojilla sabía que su salida era trascendental, y si
los ánimos eran buenos y las intenciones resultaban favorables, también sabían
la dificultad que entrañaba sorprender al Lagún Onak en su campo. En el caso de
que el partido finalizara con empate se disputaría un tercero en terreno
neutral, en Madrid.
Cuando llegó la plantilla del Cotillas a
su hotel en Cestona, una representación de la directiva del conjunto vasco le
estaba esperando, desde hacía más de cinco horas puesto que la llegada se
retrasó, convirtiéndose en cicerones de la embajada deportiva torreña con un
continuo agasajo durante los dos días de estancia en aquella tierra. La prensa
de San Sebastián estuvo publicando durante toda la semana los detalles del
recibimiento y la amabilidad del que fue objeto el Lagún Onak en el partido de
ida en Murcia, algo que no había ocurrido nunca durante la existencia de este
equipo, ellos intentaron por todos los medios de devolver al cien por cien el
trato concedido por los de Las Torres.
El Campo de “Garmendite” fue el escenario
del último partido que daba opción para seguir soñando en ascender a Tercera
División. Los aplausos vascos fueron devueltos a la plantilla rojilla cuando
éstos saltaron al terreno de juego.
Por el Cotillas jugaron: Castaños, Bravo,
Pedrito, Egea, Serna (Pepito), Porrinas, Perkins, Martínez, Vicente, Aranda
(Segura) y Abenza. Y por el Lagún Onak: Víctor, Odriozola I, Segurola,
Bereciartúa, Moya I, Aramburu, Echevarría (Lucio), Marcial (Odrociola II),
Lucas, Arregui y Arrita.
El partido tuvo poca historia, no faltó la
emoción propia de este tipo de encuentros que, por su carácter decisivo,
agradan al espectador. Dominaron más los de Azpeitia, jugando de manera
aceptable los torreños, pero el principal defecto de los forasteros fue no
culminar adecuadamente las jugadas de ataque aunque Abenza se movió mucho
intentando inquietar a la cobertura local. Con el pitido final del colegiado
aragonés Yera del Campo, la desilusión desbordó los rostros de los jugadores y
acompañantes torreños. Un solitario gol de Arregui, en el minuto 17 del primer
tiempo, al rematar con la cabeza un saque de esquina, le valió la permanencia
en Tercera División al cuadro de Igurán.
El Cotillas F.J. volvió a Las Torres de
Cotillas con el derecho de jugar, un año más, en la temporada 76/77 en Primera
Preferente.
Fuente: Faustino Rosauro Fernández
Foto: Archivo
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